Haces una foto, le metes un filtro. Ya eres profundo.
Sales, bailas, bebes, ligas. Ya eres libre.
Argumentas con micro-leyes internas. Ya eres justo.
Crees que todas las opiniones son verdades. Ya eres igual.
Ayudas a cambio del beneficio propio. Ya eres bueno.
Te hacen daño. Ya eres mártir.
Escribes en tu blog. Ya eres poeta.
Estudias una carrera. Ya eres inteligente.
Sonríes a todo el que te habla. Ya eres simpático.
Usas el trabajo de otros para proclamar tu individualismo. Ya eres único.
Te pasa algo bueno. Ya eres optimista.
Te pasa algo malo. Ya eres pesimista.
Vives los días con placer y satisfacción. Ya eres feliz.
Bienvenidos a la antítesis contemporánea. Una paradoja autorreferencial que se intenta solventar usando una lógica paraconsistente tan barata que te supuran las neuronas con cada pseudoaxioma que se esgrime.