Cuando sufres una fuerte decepción piensas que no podras sobrellevarla;
no comes, no duermes, sientes que se destrozan tus nervios y crees que tu mundo se derrumbo.
De pronto, se te ocurre acudir a soluciones artificiales que, en vez de arreglar las cosas, empeoran tu estado nervioso.
Si quieres mejorar, lo primero que debes hacer es negarte a pen
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